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Fomentar la autonomía frente a la sobreproteción familiar a discapacidades intelectuales

La familia puede actuar de muchas formas con la llegada de un hijo, y posteriormente con su crianza. Pero cuando un hijo es diagnosticado con discapacidad intelectual, muchas veces los padres suelen actuar de manera sobreprotectora.

La intervención con la familia puede crear un proceso inclusivo, además de funcionar como principal apoyo para que la persona con discapacidad intelectual pueda adquirir mayor autonomía.

La familia, es considerada como el primer agente socializador en la vida de las personas, es el primer entorno natural en donde los miembros que la componen evolucionan y se desarrollan.

El rol que desempeñan las familias en el desarrollo de la autonomía de los niños es fundamental. En este contexto es donde se reproducen las formas y valores sociales y en donde se va a desarrollar la transición a la vida adulta. En muchas ocasiones ocurre que determinados hechos que ocurren dentro del núcleo familiar producen una desadaptación o desestructuración.

Esto sucede por ejemplo cuando nace un hijo con algún tipo de discapacidad, o con necesidades de apoyos más fuertes para diferentes áreas de la vida del sujeto. Es un acontecimiento que suele ser impactante y que va a repercutir a lo largo de toda la vida.

Esta conducta sobreprotectora, puede desembocar en numerosas consecuencias negativas. Algunas de ellas son:

  • Bajo autoconcepto. Las personas que no han podido poner a prueba su propia competencia personal, no pueden sentirse satisfechos/as consigo mismo/a.
  • Falta de desarrollo de aprendizaje en habilidades de autocuidado y otras habilidades.
  • Falta de autonomía. Al no haber podido desarrollar del todo esta capacidad, presentan miedo a afrontar cualquier tipo de situación que requiera esta capacidad, por lo que de manera constante buscan la seguridad que le puedan ofrecer otras personas.
  • Falta de interés y despreocupación por los asuntos personales. Al estar acostumbrados a recibir ayuda para realizar sus tareas personales, delegan en otras personas sus propias responsabilidades.

Como alternativa a este tipo de conducta, nos encontramos con el desarrollo de la autonomía.

Fomentar la autonomía de las personas con discapacidad es básico para mejorar su calidad de vida y aumentar su autoestima, pues una discapacidad afecta a todas las esferas de la vida, tanto la familiar, como la laboral o la social.

Por este motivo, potenciar la autonomía de las personas con discapacidad no siempre es fácil. Por un lado, porque aunque puedan conseguir cualquier cosa que se propongan, deben ser conscientes de que para algunas tareas, pueden necesitar la ayuda de terceras personas o invertir más esfuerzo y tiempo en realizarlas.

En este camino, contar con el apoyo de amigos y familiares es fundamental. También disponer de recursos o sistemas de apoyo adecuados y especializados. En FUNDACIÓN ASMI contamos con el Programa de Autonomía para la Vida Adulta, cuyo objetivo principal es fomentar la participación de personas con discapacidad en contextos de la vida adulta, como el entorno doméstico, la utilización de servicios de la comunidad y el disfrute del ocio y tiempo libre. Además, realizamos actividades que ayuden a reforzar los conocimientos instrumentales adquiridos en la educación básica, perfeccionando las habilidades comunicativas y numéricas, el razonamiento y resolución de problemas de la vida cotidiana y el desarrollo de la creatividad.

Consejos para potenciar la autonomía de las personas con discapacidad

¿Qué podemos hacer para ayudar a que las personas con discapacidad adquieran una mayor autonomía?

o    FACILITAR EL USO DE AYUDAS TÉCNICAS

Gracias al uso de ayudas técnicas podemos favorecer la autonomía de personas con discapacidad física o en situación de dependencia. Su uso permite realizar actividades diarias como vestirse, asearse o ir al trabajo.

o    AYUDAR A ENCONTRAR TRABAJO

El hecho de tener un trabajo hace que las personas con discapacidad  se sientan parte activa de la sociedad y de su comunidad, y que obtenga  recursos para ser una persona independiente y autónoma también a nivel financiero.

o FOMENTAR SU PARTICIPACIÓN EN ACTIVIDADES DE VOLUNTARIADO Y DEPORTIVAS

El voluntariado permite socializar, construir amistades y, en definitiva, aumentar su autonomía. Lo mismo ocurre con el deporte. De ahí que muchas personas que presentan alguna discapacidad física encuentren en los deportes de equipo una actividad saludable para su cuerpo y su mente.

o    FOMENTAR SU INDEPENDENCIA FÍSICA

Para desarrollar la independencia es necesario animarles a realizar algunas acciones básicas como acostarse, levantarse o asearse que forman parte de su intimidad, por lo que las personas se sienten cómodas y útiles realizándolas. Otra forma de fomentar la independencia física y la autonomía es darles la opción de asumir responsabilidades domésticas como cocinar, hacer la cama, planchar, limpiar, etc.

o    PROPORCIONAR APOYO, NO CONTROL

Es necesario diferenciar entre dar apoyo a una persona con discapacidad y controlar lo que hace. Dando apoyo estamos contribuyendo a mejorar su autonomía personal y su independencia, pero, por el contrario, controlar implica restricciones. Cuidar el lenguaje es fundamental, ya que no es lo mismo decirle a una persona lo que tiene que hacer, que presentarle opciones para que pueda hacer aquello para lo que se sienta capacitada, le motive o le suponga un reto a superar.

o    CREAR UNA RED DE CONFIANZA Y FORMAR PARTE DE ELLA

La mejora de la autoestima y la autonomía de personas con discapacidad se asocia a la posibilidad de implicar a amigos, familia o vecinos en su día a día. El hecho de pertenecer a grupos puede mejorar su sensación de independencia y le ayudará a socializar. Por otro lado, es también importante que las personas con discapacidad tengan seguridad para tomar decisiones sobre su vida o sobre qué actividades quieren realizar en su tiempo libre, como por ejemplo, viajar, hacer deporte, visitar restaurantes, hacer excursiones, etc.